Especies exóticas

Biól. David Colón

Las especies exóticas constituyen una de las principales amenazas que atentan contra la biodiversidad, considerándose como la segunda causa de la pérdida de biodiversidad a nivel mundial.

Una especie exótica es alguna planta, animal, hongo o bacteria que es introducida premeditada o accidentalmente por el hombre, o bien, por fenómeno naturales, en regiones o sitios geográficos diferentes al de su rango de distribución natural, donde logran desarrollarse y propagarse rápidamente, alcanzando en poco tiempo grandes números poblaciones.


¿Por qué son perjudiciales las especies exóticas?
La fauna y flora nativa de los ecosistemas coexiste gracias a cuantiosas e intrincadas interacciones entre especies (competencia, depredación, parasitismo, mutualismo, amensalismo, etc.), que surgieron a través de prolongados procesos de evolución. Cuando una especie exótica llega a un nuevo ecosistema, las especies nativas se encuentran en una situación de vulnerabilidad pues no poseen los mecanismos conductuales, químicos o físicos para coexistir con la especie exótica; de esta manera, la especie exótica se encuentra en una situación de ventaja por lo que rápidamente aumenta su número ocasionando desplazamiento (eliminación) y depredación de especies nativas, la disrupción de los procesos ecológicos, disminución de la productividad de los ecosistemas así como de la riqueza biológica y de los servicios ecosistémicos.


Por si fuera poco, además las especies exóticas pueden traer consigo otras especies exóticas como parásitos y microorganismos que se puede transmitir a las especies nativas, y pueden ser transmisoras de nuevas enfermedades, ante las cuales el sistema inmunológico de las especies nativas es vulnerable ocasionando su muerte y, eventualmente, la declinación de sus poblaciones. Como ejemplo tenemos el caso del parásito Bothriocephalus acheilognathi que es un cestodo asiático que llegó a México con la introducción de diferentes especies de peces euroasiáticos. El parásito se ha registrado en 102 especies de peces nativos de agua dulce en México, entre ellos el pescado blanco y charales cuya pesca es la principal actividad económica para muchas familias en el centro del país. Este parásito provoca el bloqueo de los intestinos y la muerte de los peces, por lo que es considerado un factor importante en la disminución de los peces nativos. Estudios sobre la ictiofauna de México indican que la introducción de especies exóticas ha estado a asociado a la pérdida del 60% de los peces mexicanos (Contreras-Balderas 1999).

Además del fuerte impacto ecológico negativo que generan, las especies exóticas invasoras son una fuerte amenaza económica y un fuerte impacto en la seguridad alimentaria así como en las condiciones de salud vegetal, animal y humana. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) ha publicado un listado sobre las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, 46 de las cuales existen en México. En concordancia, el estado mexicano a través de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) estableció la Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras en México cuyo objetivo central está dirigido a prevenir, controlar y erradicar las especies exóticas de los ecosistemas del país a través del conocimiento para la toma de decisiones. Frente a esto, resulta inconcebible y contradictorio que a pesar de ser una política pública nacional, existan dependencias gubernamentales federales y estatales así como servidores públicos que promuevan, incentiven y autoricen la producción y crianza de especies exóticas en ambientes naturales.

Desafortunadamente, Ciénegas del Lerma no está excenta de especies exóticas. Con base en nuestro trabajo de campo hemos identificado en el área la presencia de cinco especies exóticas y dos subespecies, de estas, cinco son animales y dos vegetales, de las cuales, el lirio acuático y las carpas asiáticas son las especies con mayor dispersión e invasión en estos humedales.

Lirio acuático (Eichhornia crassipes)

Es una planta acuática de origen sudamericano. Es una planta libre flotadora, es decir, que no está anchada al sustrato a través de sus raíces, por lo que puede moverse libremente por la acción del viento, la fauna y otros factores. Habita humedales de agua dulce de regiones tropicales, subtropicales y templadas; su establecimiento es limitado solamente por la salinidad del agua y bajas temperaturas.

No se conoce con precisión el momento en que el lirio acuático fue introducido en México, sin embargo los primeros reportes sobre la presencia de la especie datan de finales del siglo XIX.

Es una especie con amplia tolerancia a factores abióticos por lo que se establece fácilmente en cualquier ecosistema acuático de agua dulce. En ecosistemas perturbados por contaminación por agroquímicos, descargas domésticas u otro tipo de contaminantes orgánicos, el lirio acuático se desarrolla con mucho mayor éxito y rápida propagación, ya que estos contaminantes aportan grandes cantidades de nutrientes para las plantas.

Las características biológicas que le confieren una alta adaptabilidad y la hacen un fuerte competidor respecto a otras plantas acuáticas son:
1) Alta capacidad de reproducción vegetativa.
2) Puede crecer en cualquier condición de nivel de agua y tipo de sustrato.
3) El desarrollo de hojas amplias que le confiere una mayor área fotosintética con lo cual cubre la superficie del agua, creando “alfombras” cerradas de grandes superficies, lo que desplaza a otro tipo de plantas e inhibe el desarrollo de otras al impedir el paso de la luz solar a la columna de agua.
4) Se regenera a partir de pequeños fragmentos.
5) Posee una amplia plasticidad morfológica, que es la capacidad para cambiar la forma y tamaño de sus estructuras vegetativas según las condiciones que prevalezcan en el ecosistema.

Los impactos que genera son:
1) Desplaza e inhibe crecimiento de plantas nativas.
2) Altera la temperatura y pH del agua.
3) Propicia la propagación de insectos vectores de enfermedades como mosquitos.
4) Reduce el valor de los ecosistemas acuáticos como hábitat de la vida silvestre (Fotografía 1 y 2).
5) Imposibilita la navegación acuática y por tanto el desarrollo de las actividades económicas como la pesca, el turismo, la recolección, etc.
6) Incrementa la evaporación de agua al formar grandes “alfombras”.
7) Azolva los humedales.

En Ciénegas del Lerma, el lirio acuático se localiza en los polígonos Dos y Tres, ocupando grandes superficies de los cuerpos de agua. En el polígono Dos, el lirio está distribuido en toda la superficie del humedal desde canales y zanjas hasta las planicies inundables. En el polígono Tres, el lirio se distribuye alrededor de toda la margen del humedal y en algunos sitios al interior donde ha cubierto espejos de agua (claros). De igual manera, los espejos de agua que existía en la parte posterior previo al arroyo San Faustino se han perdido por la invasión de lirio acuático.

El polígono Uno está ausente de lirio acuático aunque hay sitios a lo largo del dren que va paralelo al bordo del humedal en la parte que corresponde a Texcalyacac, donde existe lirio acuático.


Fotografía 1. Laguna de oxidación Almolya del Río previo a la invasión con lirio acuático en febrero de 2009. No pierda de vista el árbol del fondo como referencia.    

Fotografía 2. Laguna de oxidación Almoloya del Río invadida completamente con lirio acuatico un año después; afortunadamente se extrajo el lirio y este cuerpo de agua de 60ha recobró sus condiciones anteriores.



Carpas asiáticas

Las carpas asiáticas son peces originarios del contienente asiático y la región euroasiática.  Se estima que su introducción a México ocurrió hacia finales del siglo XIX (Mujica 1987) como una inciativa del gobierno federal como parte del programa de sistema alimentario mexicano.

Debido a su rápido crecimiento, gran tamaño y su capacidad para vivir en un amplio rango de condiciones ambientales -excepto en ecosistemas salinos-, las carpas han sido llevadas a practicamente cada rincón del planeta para su cultivo con fines comerciales y de autoconsumo.  

Este taxa está representado por un grupo de especies y varidades entre las que se encuentran la carpa hervibora, carpa común y la carpa espejo. En México se han introducido 12 especies de carpas (Zambrano y Macias-García 2000), cuatro de las cuales se han registrado en las Ciénegas del Lerma.

Inumerables estudios han documentado el impacto negativo de las carpas sobre los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad local. Uno de los impactos inherentes a su introducción a los sistemas acuáticos naturales es la competencia directa por alimento con especies nativas de peces, anfibios y reptiles, quienes pueden ser rápidamente desplazados por la voracidad y el tamaño de las carpas. Otros impactos directos e indirectos son:

·      Predación de flora y fauna.
·      Introducción de parásitos exógenos.
·      Modificación de las características físicas del agua por aumento en sólidos suspendidos.
·      Disminución de las comunidades vegetales acuáticas.
·      Modificación de los ciclos de nutrientes afectando de manera indirecta a las especies nativas.
·      Al alterar las comunidades vegetales acuáticas, ocasiona la pérdida de hábitat y alimento para especies nativas y migratorias.

En cortos periodos de tiempo, y en condiciones ambientales óptimas, los impactos pueden alcanzar niveles superlativos por el incremento significativo de las poblaciones de carpas, ya que son especies altamente prolíficas, pues vaste considerar que una hembra de carpa común de 47cm de talla, deposita alrededor de 300,000 huevos durante un evento reproductivo (CONAGUA, 2008).


La introducción de carpas asiáticas ha sido ampliamente difundida entre los ejidos propietarios de los terrenos de las Ciénegas del Lerma, sin embargo solo algunos de ellos realizan un aprovechamiento intensivo. Es necesario re-orientar esta actividad a partir de una coordinación estrecha y permanente entre las entidades gubernamentales federales y estatales que proveen de los fondos y asistencia técnica para el desarrollo de estas prácticas de acuacultura con las entidades encargadas de la conservación los recursos naturales (ecosistemas, vida silvestre), de modo que los programas de apoyo sean congruentes con los objetivos del área natural protegida como con las leyes y reglamentos de protección y conservación del capital natural de México, potenciando, a su vez, el aprovechamiento de las especies nativas.

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